Tere Undurraga es la entrevistada de la semana en nuestra sección “Emprendedores que apoyan emprendedores”. Ex dueña de Emporio La Rosa y fundadora de Destilados Quintal, destilería nacional que utiliza hierbas medicinales nativas en el desarrollo de sus productos, Tere tiene el propósito de llevar las hierbas a la vida de las personas y además del gin, recientemente está innovando con una nueva línea de chocolates botánicos.
La experiencia de haber lanzado dos emprendimientos con circunstancias completamente diferentes, sus principales desafíos y qué es lo que la mueve, son algunas de las ideas que desarrolla a través de 5 preguntas:
- ¿Hay algo que aprendiste ahora y te hubiera gustado que alguien te aconsejara cuando estabas comenzando? Si la versión del futuro pudiera contactar con el emprendedor del pasado ¿Qué le diría?
El emprendimiento tiene muchas caras. Una es el aspecto creativo, lo que implica diseñar productos, marcas, la experiencia, imaginarse cómo va a ser el mundo cuando irrumpa esta nueva propuesta. También está la mente, donde uno va dimensionando y resolviendo problemas antes de salir a la luz. A veces es un proceso corto y a veces largo y hay muchos proyectos que mueren antes de ser lanzados. Yo no cambiaría nada, es algo muy intenso y personal traspasar esa experiencia.
Lo que me ha servido es entender que hay que trabajar con los talentos de otras personas y no abarcarlo todo. Al principio la falta de recursos es el principal problema y uno termina cumpliendo múltiples roles, pero ha sido importante ponerme a mí misma lo más ligada al lugar donde yo tengo talento y subcontratar e involucrar a los que tienen más talento que yo en las otras áreas. Es muy satisfactorio el trabajo en equipo, porque cuando las personas se sienten felices de estar haciendo lo que hacen se genera un sentido de asociación que es muy valioso.
- ¿Qué habilidades y herramientas has debido desarrollar durante este tiempo?
Paciencia y flexibilidad. Entender que uno quiere que las cosas pasen de una manera, pero muchas veces hay que modificarlas en el trayecto. Escuchar a la gente, al consumidor, porque uno puede crear algo, pero son los clientes quienes lo compran. Hay que estar atentos a ese proceso y darse el tiempo de conocerlos.
- ¿Cuáles han sido tus mayores desafíos?
Convencer a los demás, obtener recursos, ser capaz de cambiar. En el caso de mi primer emprendimiento (Emporio La Rosa) pasé de tener un trabajo estable a un abismo. En el segundo (Destilados Quintal) ya tenía la experiencia de éxito, mayor tranquilidad económica y una comprensión más madura gracias a los 20 años de recorrido. Pero nada de lo que aprendí antes me preparó para el estallido y la pandemia. Tuve que botar a la basura toda mi planilla Excel y eso fue difícil desde el punto de vista empresarial, especialmente en el caso de mi nuevo producto, que tenía proyecciones de venderse en el canal horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) y retail. Con todo eso paralizado, tuve que sobrevivir durante un año con el poco retail disponible y sumar el e-commerce. Debí usar herramientas como Instagram para dar a conocer el producto, sin evento de lanzamiento, sin catas ni mercados abiertos al público. Las redes sociales no eran mi medio natural, soy una persona de experiencias concretas, pero tuve que adaptarme a esta nueva realidad y buscar nuevas maneras de relacionarme.
He aprendido que las personas toman decisiones más racionales cuando viven una experiencia por primera vez, pero luego es el mismo cuerpo el que te va pidiendo lo que necesitas, es un impulso más orgánico que te invita a repetir esa experiencia cuando la primera fue positiva.
- ¿Qué ha sido lo más gratificante de emprender?
Me gusta mucho la parte creativa, es el 90% de mi motor. Más que ganar plata quiero que la gente valore y rescate lo que uno propone, porque son ellos los que finalmente eligen y ahí entran muchos factores, si llegaste antes o después, si lo hiciste a tiempo, si pudiste sintonizar. Es increíble e indescriptible tener en la mano algo que uno antes se imaginó. Y ese viaje de la empresa te va quitando el miedo, la sensación de materializar un sueño te va liberando. Uno aprende a vencer obstáculos y llegar a puerto, eso te va haciendo más fuerte.
También valoro mucho la parte colaborativa, gracias a nuestra destilería (ubicada en barrio Franklin), abrimos el espacio a otros emprendedores y creamos una conciencia de comunidad de producción que es alucinante.
- Qué libro o película te gustaría recomendar y por qué.
Estoy leyendo “La promesa del alba” de Romain Gary y me ha encantado. Es una autobiografía donde el autor cuenta la historia de tránsito que vivió con su madre desde Rusia y Polonia hasta llegar a Francia y cómo ella lo preparó para ser francés y tener éxito en ese país. Me hace mucho sentido en el momento de discusión que vivimos por las migraciones. Las personas que migran lo hacen buscando un mejor destino y suena muy soberbio rechazar a los migrantes, porque nadie está libre de pasar por una situación así. Me ha gustado mucho cómo transmite las ideas de que la tierra no nos pertenece y lo importante que es tener la ilusión de una vida mejor.
Conoce más de Destilados Quintal AQUÍ